lunes, 20 de agosto de 2012

Nixanemia parte V

   Hoy Axel Eme se encuentra sin dormir nuevamente (otra vez -me decía mi profesora de lengua-, se dice otra vez) sin dormir a las once menos cinco de la mañana, hora de Buenos Aires. Y casi que le encantaría culpar por un momento a Nixanemia, pero no porque admite sus deshoras, acepta a Insomnio como síntoma de Axel Eme, ya que Nixanemia no puede contraerse síntomas dado que las patologías no los tienen, sino el enfermo, aquel que las posee, las piensa, las somatiza y las siente. De esa manera Nixanemia se complace perversamente preparándose mates y comiendo una factura de membrillo de antaño, mientras que Axel Eme está preocupadísimo porque la muchacha que tiene en la cama lo culpará de abandono old all night y-después-que-no-diga-que-la-extraña. (Breve pausa en la que Nixanemia muerde un pedazo de factura, no sin antes quitarle la cereza, y con el trozo en el paladar soba aplicadamente la bombilla, (evítese los dobles sentidos) y a esta hora no le pidan mucho ni a él ni Axel Eme.)
   Mientras Axel Eme entra en una etapa regresiva, Nixanemia evoluciona no sólo literariamente, sino porque gana espacio dentro del cuerpo que comparten y tenemos que hacer algo porque, dicho sea de paso, cada vez aparenta estar peor. Vale preguntarse, ¿qué es la apariencia y cuándo se presupone en ella algo como mejor o peor? El cuerpo es sinónimo de metamorfósis: una distracción en segundos y se puede extraviar un dedo, un colmillo, un ojo, el centauro de la ingle. De las grandes infecciones a las grandes amputaciones; de un hueso roto que se descuida a una necrosis en un amanecer. ¿Cómo coincidir entonces en un término que se pueda pretender como deformación y no formación? Formación porque compone la vida del damnificado. Si ahora mismo me quedara ciego entraría en un mundo nuevo repleto de bastones, sistemas táctiles y entrenamiento de caninos. Evidentemente cambiaría el cuerpo, mis ojos ya no buscarían nada, se petrificarían en quién sabe dónde, y a lo mejor me llenaría de incontables tics nerviosos. Me volvería obsesivo compulsivo con el orden, con la limpieza porque sino mis rodillas lo pagarían caro y mis canillas también, ¡malditas mesas ratonas! Si ahora mismo, de tanto inyectarme heroína literaria, se me gestara una infección en la parte X, y tuvieran que cortármela de urgencia so riesgo de una inminente expanción, ¿por qué recaer en la fácil caracterización de los mejores y peores? Si lo pienso un poco yo mismo: mejor que no me ocurra nada de esto. Pero si me ocurriera a otra cosa mariposa, que el fénix cuantas más veces revive más difícil que se vuelva a quemar.
   Si Nixanemia gana terreno en nuestro cuerpo y nuestro cuerpo lo paga con años y calidad de vida y ojeras, y costillas a la vista, y mirá qué chupado estás de cara, y nene tenés que comer, y nene por qué dejás que te peguen que te van a estropear la cara, ¿no es eso la manera en que el nixanémico crece en su cualidad humana de no ser inerte y asimismo un método de contar sin las palabras?
   ¿Qué es la forma? Aristotélicamente la forma es la figura de un cuerpo, es decir un objeto, es decir una birome, mi miembor viril con o sin salitre, o cualquier cosa. Empero cabe aclarar que hay una forma accidental y otra sustancial. La primera refiere al alma; la segunda al cuerpo en sí: el cabello largo o corto, la infección en la parte X, la eventual amputación. ¿Qéu sale amorf? Parece que ni Platón ni Aristóteles leyeron a Huxley ni a Kant por motivos espaciotemporales, ni tampoco daban concretamente (entre-oca-mecen, se trata de metamorfosear la forma, cocer la parte X a la parte Y) con el concepto de subjetividad en el que nos adentramos mucho más a posteriori. Hablar de forma ahora es hablar de sensibilidad, de percepción, de la manera en que los ojos de Nixanemia dan con el cuerpo de la muchacha que se despierta entre (oca-mecen) malhumorada y fastidiosa, y que la forma de ese cuerpo escultural, visualmente coincida con la forma de ese mismo cuerpo pero táctil y auditivamente.
   Si quedara ciego ahora mismo, podría afirmar que tengo ojos en todo el cuerpo, mi forma es la forma de cientos de miles de ojos, pequeños poros por los que Nixanemia respira y bebe, saborea los perfumes, ojos en los oídos y en los gusanos adento del culo. La sensibilidad es la sumatoria de cada uno de los sentidos, y cómo eso dibuja un cuerpo que representa la forma sustancial y luego faltaría socabar la energía sin(-)estética, entretenimiento nixanémico de los más satisfactorios, por tanto tendría que hablar Nixanemia, delequetedele a tomar cebar-mates (matar-beces).
    Supongonemos con Nixanemia que la única deformación es la muerte. De pronto un niño que sufre un crecimiento desproporcionado, su cabeza crece más aceleradamente que todas las partes X del cuerpo, y al final aprende a caminar, y lee y canta algunas canciones pero su cuello no puede sostener esa cabeza que va creciendo cada vez más, hasta que al fin el cuello cede con un leve crack, y eso es la deformación, derechito a la cremación, al fénix.

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