martes, 7 de agosto de 2012

Jorge C. Denada
no suplía su vida
con su obra

se regodeaba
con su poesía
como quien
bebe para olvidar
día tras día
prolongando la resaca

y un día murió
y a su funeral
acudieron tantos ebrios
que en medio del sermón
nadie sabía a quién velaba
si realmente había un finado
si existe alguna muerte
para aquel
que dedica toda su vida a algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario