sábado, 30 de marzo de 2013

Epifanía

Lo que sucede a una epifanía,
a la lengua muerta de una luz improvable:
un breve espanto sórdido,
cuna vacía de sombras.

Luego del orador
hacia otros oradores

por fuerza natural,

llega a la mesa
de cada casa
de barro en barro,
entre la botella de vino
del padre

que cuenta a su hijo
que siempre lo supo.

viernes, 29 de marzo de 2013

Talando



 Comenzó a talar, la motosierra rugía endemoniada. El metal tocó la corteza y se fue profundizando con la presión. Él sintió un leve dolor en el costado de su cuerpo, a la altura de la cintura, que luego se hizo insoportable. No quiso parar, ya estaba por la mitad, pensaba que cuando concluyera la tarea, el dolor se apagaría instantáneamente. Pero pronto no pudo más, intentó sacar la motosierra, pero ya estaba bien encastrada, lo único que quedaba era seguir, dejar la vida. Con un poco de suerte el frío que sentía cesaría. Hizo su último esfuerzo y traspasó el árbol. La parte superior del tronco comenzó a caer, el dolor había terminado, su cuerpo imitó al árbol separando el esqueleto a la mitad. Savia y sangre se juntaron, cuerpo y corteza miraron el cielo. La motosierra rugía en el piso.


martes, 12 de marzo de 2013

Apesto

   Ahora soy otra tempestad. Apesto con el olor de las milanesas y la ensalada que acabo de almorzar. Me he quedado sin tabaco y eso no me está alarmando: Nixanemia está cada vez más dormido, ya no quiere despertar.
   Ahora soy otra tempestad. Apesto con el olor de un futuro esperanzador, apesto con una novia que no entiende de política, o arte, o psicología, o filosofía, o literatura: está más allá de eso y más acá del capitalismo.
    Apesto a caracol sin babosa; apesto a
   sanación,
   jabón perfumado,
   levantarme antes del mediodía,
   dentífrico tres veces por día,
 
   Apesto a llevar el pelo corto, la nariz rota, la sangre bien circulante,
   apesto a estar por buscar trabajo,
   a venderme,
   a odiarme,
   a ser feliz.