Si uno se tira un pedo en el fondo del océano
y todos los peces se asoman panza arriba,
y cree que ha podido lograr cierta perfección
por no creer
que en verdad ya está podrido,
y siente un poco, que a quién le importa,
si uno está podrido o perfecto,
¿a quién demonios le importa?
Y una mañana del noviembre
más hermoso de la primavera
más prima y más Vera,
ese uno se enamora,
entonces mejor estar perfecto
porque si está podrido
ese amor tendrá mal olor.
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