lunes, 20 de mayo de 2013

Porque en realidad siempre hubo otro

¿Qué debo hacer? Ya soy tantos que no entro en mis nombres, tantos que despiertan a la hora de los conflictos para unificarse en los perdones. Aquel que hace el amor, el otro que tiene manos con sangre, aquel que mira el cielo buscando formas en las nubes, el otro que acuchilla al aire. ¿Qué debo hacer para calmar las pulsiones? ¿Y qué juego decidirá ella en todo esto? Ella que en un instante de mi síndrome es su propio síndrome, y aquí aquel que no sabe llorar, que con alcohol es dinamita, que no es capaz de insultarla simplemente e ir a dormir, por alguna maldita razón mi síndrome la retiene, culposo, como si hubiera hecho algo más que ser. ¿Qué debo hacer?, ¿quién será capaz de escupirme una verdad en la cara que me dé el llanto? ¿Por qué todas las preguntas las hace aquel que mira las nubes y busca formas cuando hay tantos otros?, ¿cómo hacer para ser siempre aquel y sólo amar, y no pedir nada, y no desear nada, y no pretender nada aunque quizá lo piensen muerto? Ya no quiero hablar de Nixanemia porque sería hipócrita, yo que por lo menos era dos, ahora creo ser tres, ¿y mañana y ella?

1 comentario:

  1. Maravilloso!!!!! leerte es como un viaje.... por tus universos... pero que misteriosamente... al final... me deja cara a cara conmigo misma. Gracias.... infinitas e inconmensurables... gracias

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