miércoles, 22 de mayo de 2013

Mi suerte

   Acabo de borrar un texto entero y me encuentro con una hoja en blanco. Está en mí la voluntad y las ganas -como de tantas cosas- de que quede algo de mí plasmado (puaj, escupitaso) de éstos últimos días que fueron realmente intensos y adrenalínicos. No me siento bien con eso porque yo fui la más grande mierda de mi vida, en esta semana fui lo peor de mí, la bestia que no sabe qué hacer con nada, la bestia que no tiene nada adentro. Eso que claramente tiene que ver con la dificultad de llenar esta hoja, con decidir sobre qué hablar, porque hay algo que quiero tapar, algo del dibujo de palabras que hago acá es mentiroso, intenta elogiar al arte en un acto de repugnante sinceridad, pero el arte lo estoy realizando yo y por ende es un mero elogio a mi ego, culposo y desmedido, niño encaprichado, ego en vísperas de días prósperos, de revolución interna, donde ser sincero y genuino es la más absurda mentira del rey gordo e inútil que juega a ser talentoso bufón con fuego interno y chispa. Y no es así, porque es mentira, porque en realidad lo que quiero decir es "como el talentoso bufón que se convierte en rey", por una razón que no quiere naturalizar se convierte en rey. Esa metáfora o cualquier otra que diga que me estoy convirtiendo en aquello que repudio.
   Ahora más que nunca: ¡Que suerte que siempre se pueda escribir!

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